CARINA LA DEBLA


Baile flamenco


 

Flamenco telúrico es el cuarto espectáculo solista de la bailaora CARINA LA DEBLA en el que ofrece una mirada innovadora sobre las múltiples facetas de este arte jondo. Es un homenaje a la tierra, a las fuerzas telúricas (“procedentes de la tierra”) y con ello una celebración de la vida y de lo femenino en sus aspectos más arcaicos, poéticos y energéticos. Junto con sus tres músicos sondea nuevas dimensiones en el lenguaje flamenco, abierto a las libertades de una creación moderna y arraigada en el poderío de la tradición. Sus coreografías ofrecen imágenes de gran belleza y luminosidad desenlazando un diálogo creativo, abierto y natural entre movimientos de expresión tradicional y de vanguardia.

 

La danza contemporánea, el uso de la guitarra eléctrica, la poesía de letras originales y una sugerente percusión son algunos de los ingredientes con las que el grupo genera de forma inesperada y fascinante innovadores impresiones sobre el baile e impulsos musicales que resonarán largo tiempo en la memoria del espectador. “Flamenco telúrico” es la invitación a un viaje por un caleidoscopio lleno de fuerza y vitalidad.  

 


Programa


Flamenco telúrico

Alegrías a nuestro aire

Panaderas

Nana para un viaje nocturno
Nana

Granaína  

Malagueña

En tierra 
Seguiriya  

Trilla

Por soleá / Pieza instrumental

Rapsodia telúrica
Caña  

Zapateado

Bulería

 



Prensa


LAS DECLINACIONES FLAMENCAS DE LA DEBLA

ROSALÍA GÓMEZ / Diario de Sevilla

 

Ciclo 'Cita con las músicas' de Cajasol. Baile: Carina La Debla. Guitarra: Eduardo Trassierra.Cante: Quisco de Alcalá. Percusión: Andrej Vujicic. Lugar: Sala Joaquín Turina del Centro Cultural Cajasol. Fecha: Jueves 25 de abril. Aforo: Casi lleno. 


El pasado jueves, el ciclo Cita con las músicas nos dio la oportunidad de ver un estupendo recital de una bailarina, Carina La Debla, que lleva años profundizando en la danza flamenca y forjándose un estilo que ha empezado a dar hermosos frutos de madurez. 

De nacionalidad alemana, aunque radicada desde hace tiempo en Sevilla, donde ha estudiado con muchos de sus maestros y maestras, Carina se acerca al flamenco con pasión y con un enorme respeto. Ella es consciente de que su baile no puede ser racial ni espontáneo; por eso se lo lleva a su estudio y disfruta encarnándolo en su cuerpo musculoso, ya disciplinado por la danza clásica y la contemporánea. Con una gran sinceridad y un enorme gusto, afronta los distintos ritmos con todos sus ingredientes: bonitas escobillas, juegos de caderas y de brazos, un precioso vestuario... e incluso, en la farruca, capote en mano, se atreve con una escena taurina típica de las bailaoras desde el siglo XIX. Pero junto a todo esto, La Debla se permite usar su libertad de artista del siglo XXI y una gran imaginación. Así incorpora sorpresas momentáneas, como un arabesco o una voltereta -aun sin romper nunca ni el decoro de la danza ni la gran elegancia que la caracteriza- o incluso frases coreográficas propias, surgidas a partir de cosas cotidianas, como el cansancio, o de otras culturas, como el guiño a las danzas húngaras de la deliciosa mariana final. 

Y todo ello con la complicidad de Eduardo Trassierra, joven y premiadísimo guitarrista que puso música a sus fantasías, amén de brillar en solitario -sobre todo con sus preciosas bulerías- y apoyada siempre por la voz de Quisco de Alcalá y la percusión de Andrej Vujicic. Un espectáculo que el público, de pie, agradeció con fervorosos aplausos.

 

 

 

NO HAY REGLAS PARA DIOSAS

 

OLIVER FARKE / Revista Anda

 

Carina La Debla es una bailaora que es capaz de dejar a un crítico sin palabras. De allí que agradezco que Nicola Hülskamp hiciera una reseña tan elegante sobre la actuación (artículo sin traducir). Estuve presente durante la misma representación, inquieta, cambiando constantemente de postura sobre mi silla. Aún sigo luchando por encontrar palabras y compostura.

Una sorpresa le seguía a la otra. Desde el primer momento se supo: será una noche intensa. En lugar de música se percibían sonidos, respiración, agua... Concentradísima y seria presentó Carina el baile que se refleja en su nombre. Una debla como homenaje a las fuerzas de la naturaleza. "Debla" en caló, el idioma de los gitanos, significa "diosa". Y para diosas no hay reglas. Carina La Debla conoce las reglas del flamenco, todas. Ya lleva 16 años en Andalucía, vive el flamenco. Tiene absorbida su técnica, estudió su historia, sabe lo que sí y lo que no se debe hacer. Y luego sin embargo lo hace: lo prohibido. Con enorme placer derrumba las murallas de las reglas. Y aún peor: Carina abusa del flamenco para realizarse a sí misma. Utiliza gestos que provienen de la tradición flamenca, sino de donde sea, de la India, de Hungría, de Múnich o de Nueva York - será que en realidad del fondo de su corazón. Con su sonrisa sincera y encantadora se gana el público. Carina es toda ella misma. En medio de tantas máscaras que a menudo parecen dominar el flamenco tradicional, tener personalidad casi roza la provocación. Hay muchas personalidades en el flamenco, pero solo unos pocos se pueden permitir salirse de los cánones. Divino cuando Carina osa lo impertinente. Ya sea en coreografías extraordinarias que imprevisiblemente se convierten en collages, o en viajes por el mundo, ya sea por las ideas musicales retorcidas de sus músicos que igual que Carina se divierten con lo loco. O mediante secuencias acrobáticas espectaculares: sobre el escenario, en medio de un baile hace el pino girando sobre las manos como si quisiera dejársele claro a todo el mundo: que ha pasado por todas las alturas y profundidades del flamenco y que lo pone boca abajo y de nuevo sobre sus pies. No es casualidad que su programa se titule "Flamenco por libre". Es una visión tan bella como difícil de traducir: "libremente desde mis entrañas" o "para la libertad sin límites". Carina es una bailaora del futuro. Con sana autoestima se ha apropiado del flamenco. Ya sabe demostrar lo que quiere. Quien quiera ver flamenco tradicional, que acuda a verla. Quién esté listo para una nueva dimensión de este arte español de la danza, será muy bien servido.